YOKKO es el símbolo de la pureza y la belleza más auténtica.
Somos de los que creemos que podemos cambiar el mundo y que los pequeños detalles hacen grandes momentos.
YOKKO de origen japonés nos conecta con esa cultura milenaria de belleza y tradición. Apostamos por la simplicidad enfocada a la sofisticación, a la elegancia y a la efectividad del producto. YOKKO te hace sentir sensaciones y emociones. PARA NOSOTROS los productos que diseñamos no son solo productos de belleza, son el resultado de una historia apasionante en la que se mezclan sentimientos de emoción, entusiasmo, amor por el trabajo y profesionalidad.
ENTENDEMOS que cada tratamiento es una experiencia sensorial única, para ello hacemos una exhaustiva selección de fragancias para nuestros productos.
CREEMOS en la perfección de la naturaleza, somos conscientes y respetuosos con el medio ambiente. A nuestro conocimiento e investigación por fórmulas más sostenibles con el planeta se une la pasión y exigencia en nuestro trabajo. ESTAMOS COMPROMETIDOS y respetamos el mundo en el que vivimos, para ello utilizamos materiales ecológicos, reciclados o de bajo impacto ambiental para nuestro packaging.
CREEMOS en formulaciones delicadas especialmente diseñadas con principios activos naturales y respetuosos con el cabello y piel. No usamos tensioactivos agresivos, ingredientes de origen animal y reducimos ingredientes derivados del petróleo.
CREEMOS en la PASIÓN con la que hacemos Cosmética y deseamos SOÑAR contigo en este viaje apasionante…
Una empresa que nace de un sueño
Una gran pasión por el mundo de la belleza y por el trabajo bien hecho. Es el resultado de la superación, del crecimiento personal y profesional. El origen del nombre de nuestra empresa es japonés, conectamos con esa cultura milenaria de belleza y relajación. Al igual que un objeto roto se repara con esmero por medio de la técnica del kintsugi, para nosotros nuestro cliente es una joya con un valor inestimable, que se merece lo mejor. En lugar de ocultar los defectos y cicatrices, estos se celebran ya que ahora se han convertido en prueba de la imperfección y la fragilidad, pero también de la resiliencia, la capacidad de recuperarse, hacerse más fuerte y más hermoso.
“Individualmente, somos una gota. Juntos, somos un océano”
Ryunosuke Satoro